El libro “EL VALOR DE
EDUCAR” de Fernando Savater, muestra su punto de vista y su aprecio que tiene
hacia los maestros y en este caso hacia las maestras, ya que un gran porcentaje
les corresponde a ellas. Hace reflexionar que para formar a un ciudadano
posteriormente, es necesario un trabajo previo de las maestras. Con esto quiere
reflejar que sus trabajos son muy importantes pero hoy en día hay tienen un
escaso prestigio social, están poco valorados. Tras esto se cuestiona que poco
ha avanzado la educación, además añadiendo que los docentes más capacitados
huyen hacia niveles superiores de enseñanza. Dejando la educación en manos de
los políticos, poco se puede resolver ya que a estos no les preocupa porque no
les supone de interés urgente para su provecho electoral.
En general, muestra una
preocupación por la crisis actual de la educación,”No por lo poco que se cumple
con los objetivos sociales, sino, que no sabemos que finalidades debe cumplir y
hacia donde efectivamente orientar sus acciones.
Con la crítica hacia la
educación, afirma que hay que ser optimistas, ya que los hombres podemos
mejorarnos unos a los otros por medio del conocimiento. Aceptar la realidad
para educar y entender la educación. Con el término “Valor”, que utiliza en el
título del libro para acompañar al verbo educar, se refiere a valioso y valido,
es decir a la valentía de educar, ya que es una tarea con muchos problemas y
muchas dificultades. Muestra gran admiración ante estos “maestros” de la
educación.
Savater en el capitulo 2
“Los contenidos de la enseñanza”, afirma que para ser hombre hay que aprender,
no basta solo con nacer. Estamos programados para adquirir destrezas que solo
nos pueden enseñar los demás mediante la sociedad
y el tiempo: “Los animales no
necesitan tiempo porque no saben que van a morir”, nosotros ampliamos los
márgenes de una existencia efímera por el planeta en que vivimos.
Por vía de la educación nacemos
al tiempo, su manejo es la fuente de nuestra grandeza, con ello está ligado la enseñanza. Socialmente es necesaria una memoria colectiva. “No hay
aprendizaje, que no implique conciencia temporal”. Lo primero que se necesita
para educar a otro, es haber vivido antes el conocimiento que se desea
transmitir, es decir, vivir esa propia experiencia. (Cualquiera es capaz de
enseñar algo, pero no cualquiera es capaz de enseñar cualquier cosa).
Se pueden ver dos tipos:
la enseñanza cerrada, que puede dominarse por completo a la perfección, como
puede ser leer, andar, vestirse… Y la enseñanza abierta: un dominio gradual,
“infinito”, como hablar o razonar, pintar, componer música…, nunca pueden ser
dominadas de forma perfecta. También diferencia entre educación e instrucción,
donde el primero correspondería a enseñanza abierta y el segundo a enseñanza
cerrada.
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